Análisis reflexivo-crítico sobre CAPÍTULO 2 de Freire, P. (2008): Pedagogía del Oprimido.

En este capítulo Paulo Freire nos hace darnos aún más cuenta de cómo está diseñado el sistema educativo mecanicista, el tradicional y al que aún estamos acostumbrados hoy día algunos jóvenes. Nos enseñan conceptos, quizás a veces procedimientos, nos vuelven seres que repiten aquello que nos muestran de forma reiterada pero jamás nos hacen pensar. No se tiene en cuenta la opinión del alumnado, sus inquietudes e intereses. Tampoco ninguna aportación. Se nos da el papel de seres que oyen, aprenden y reproducen. Se trata de un modelo totalmente mecanicista que a día de hoy, tras muchos años de enseñanza, debería haber desaparecido casi en su totalidad.

Esta práctica hace que el alumnado se vuelva sumiso incluso en su vida cotidiana, porque no nos enseñan a contrastar información, ni a hacer investigaciones, simplemente a creernos que en aquello que nos cuentan reside la verdad absoluta. Tenemos que adaptarnos a los docentes pero ellos no deben adaptarse nunca a los alumnos, suena mal ¿cierto? Pues es a lo que estamos acostumbrados. Somos sujetos pasivos ante sus ojos, y la poca vocación y la falta de interés por su trabajo, perjudica y daña la manera que en un principio, los estudiantes, tienen de ver el mundo.

Si nos damos cuenta, desde temprana edad muchas son las preguntas que nos hacemos. Imaginamos de todo un poco y tenemos interés por muchos temas que cuando crecemos, y creemos saber que ya lo sabemos todo, dejamos de hacernos preguntas. Nos cambian, nos vuelven sumisos sin darnos cuenta. Y muy pocos se salvan de esto. A día de hoy, tras varias investigaciones y trabajos que hemos tenido que realizar para la carrera sabemos y sé la infinitud de posibilidades que existen de recoger al alumnado completo y en su conjunto y hacerlo disfrutar aprendiendo. Que pregunten, que investiguen, que propongan, que aporten ideas, que se EQUIVOQUEN Y COMETAN ERRORES pero que nunca dejen de tener interés por aquello que les rodea. Hay que ir dejando de lado la unidireccionalidad y optar por la bidireccionalidad, ya que ambos, docente y alumnado, tienen elementos que aportar al proceso de enseñanza-aprendizaje. Aprender a aprender.

Siempre se ha dicho que deben existir cosas malas en el mundo para saber que NO queremos. Pues con los modelos educativos ocurre lo mismo. Un gran cambio es posible.

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